A fecha de hoy ya son más de 30 los talleres vision extraocular que hemos tenido la oportunidad de organizar, y teníamos muchas ganas de compartir algunas de las experiencias que hemos vivido como acompañantes. Realmente es asombroso todo lo que puede llegar a pasar en solo una mañana, y es que en 5 horas podemos llegar a conocernos y conocer mucho más nuestro subconsciente.
En un taller vision extraocular normalmente empezamos con una introducción teórica sobre qué es la visión intuitiva, en la que tratamos temas sobre porqué no lo sabíamos antes, cómo es posible la visión intuitiva, cuales son los caminos por los que se empieza a manifestar esta capacidad, cuales son los hábitos o ejercicios que pueden ayudar… Y una vez la parte racional adulta de nuestra mente ha entendido y aceptado que esto es posible y que miles de personas ya lo están haciendo en todo el mundo, entonces empezamos la parte práctica.
Taller vision extraocular: En el taller vision extraocular trabajamos en parejas, para que todas las personas tengan la oportunidad de practicar y de acompañar.
Y el hecho es que en cada taller vision extraocular se han dado procesos increíbles, de hecho, en uno de los primeros talleres que hicimos había una mujer ya mayor, pero que tenía la esencia de una niña, disfrutando, con esa alegría e ilusión interna… Y cuando empezó el taller se colocó el antifaz, y después de la meditación, ella cogía los materiales y los sentía, los tocaba y acariciaba… Se daba el tiempo necesario para conectar con ellos, en este caso eran fotografías (impresas, sin ningún relieve por la tinta, sin olor particular a parte de papel fotográfico, sin haberlas visto antes) y empezaba a decir todo lo que sentía (ella no veía con su visión intuitiva pero lo sabía por lo que le indicaba su corazón). Y realmente muchas de las personas que abren con más facilidad la visión intuitiva son aquellas que tienen esta conexión con su niño o niña interior, con esa alegría interna que les permite disfrutar de cada proceso, de cada experiencia.
También recuerdo otro taller vision extraocular que hicimos en una yurta, en medio del campo en un entorno precioso lleno de caballos. Una de las participantes, con los ojos totalmente vendados, tenía en la mano la fotografía de un helado, y empezó a hacer como si la lamiera. Un segundo después afirmó; si, es un helado.
En otro taller, ya cuando estábamos a punto de terminar, otra mujer tenía una fotografía entre sus manos y Jordi se le acercó y le sugirió; mira si te viene algún sabor o olor…
- Es un águila!
Efectivamente, era una fotografía de un águila. Entonces Jordi completamente sorprendido le preguntó si eso lo había sabido por el olor solamente. Resulta que a ella le vino olor a plumas y le cruzó por la cabeza la idea de mucha agresividad.
Taller vision extraocular: Aquí pues ya hemos visto que un taller vision extraocular va mucho más allá de lo que indica su nombre.
Es un espacio para despertar nuestra consciencia y puede manifestarse a través de cualquier sentido que conocemos, no solo la visión.
En otro taller veíamos un chico que con la yema de los dedos iba tocando la fotografía y describía exactamente el paisaje de precipicios y mar, colocando exactamente donde estaban los árboles, el agua, las rocas… Él decía poder verlo desde sus dedos exactamente.
En otro taller de visión intuitiva hace poco tiempo, había una mujer que iba describiendo a la perfección cualquier material que tenía en las manos. Su visión era casi perfecta de la realidad que la rodeaba, pero obviamente no era con los ojos. Describió fotografías de objetos, paisajes, animales con muchísimo detalle desde esta visión interna.
Aunque no en todas las ocasiones ocurre así, a veces las informaciones llegan pero no al completo, como en el caso de este chico que estaba describiendo la siguiente imagen:

Y dijo que en la parte de la taza humeante él veía un volcán, que estaba muy caliente y por el cual salía humo. Y los granos de café le parecían pequeños escarabajos subiendo a ese volcán.
Aquí vemos que a veces en un taller vision extraocular no siempre vemos la realidad de lo que hay en los materiales, sino que a veces las informaciones nos llegan distorsionadas, o en el caso de este chico, que le vino la sensación de caliente y humo y su mente le proyectó la imagen de un volcán, y los pequeños puntos redondeados y oscuros los convirtió en escarabajos.
Como ayer nos dijeron en un taller, vale más la experiencia que cualquier cosa que os vayamos a contar, así que os recomendamos que asistáis a uno de estos talleres vision extraocular para experimentarlo vosotros mismos.